miércoles, 3 de julio de 2013

Descripción general de la rodilla

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La rodilla que es la articulación más grande del cuerpo, es considerada como una articulación en bisagra, ya que está diseñada para permitir flexión y extensión. La rodilla está formada por el fémur (hueso del muslo, la tibia y  el peroné (huesos de la pierna) y la rótula o patela (cúpula del frente). Cada hueso tiene una cubierta delgada de cartílago, llamado cartílago articular, en donde se produce el movimiento y la carga.
La rodilla mantiene su estabilidad a través de una serie de ligamentos que actúan como bandas elásticas que permiten la movilidad mientras mantienen la orientación
Además de los ligamentos cruzados y colaterales, la rodilla por su forma, necesita cuñas para hacer congruentes sus superficies y permitirles rodar durante el movimiento. Estas cuñas son los meniscos, que son cartílago especializado, flexible y resistente a la carga.
Mediante la rótula, los músculos de enfrente del muslo y el tendón patelar se comportan como una polea, permitiendo la extensión de la pierna y su movimiento con la fuerza necesaria para levantar el peso del cuerpo y desplazarlo. Para su nutrición, el cartílago y meniscos requieren del líquido sinovial, que se forma a partir de una membrana especializada que produce y reabsorbe constantemente el fluido lubricante y rico en proteínas, que además tiene función inmunológica, ayudando a la destrucción de detritos articulares y favoreciendo una respuesta de protección en las infecciones. Es la membrana sinovial.

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